Cuidado del cabello: 9 consejos de cómo cuidar el cabello

Un cabello sano y radiante no es cuestión de suerte, sino de una rutina adecuada de cuidado del cabello. Factores como el calor, la contaminación y los productos químicos pueden debilitar la fibra capilar, causando sequedad y quiebre. 

Por eso, si te preguntas cómo cuidar el cabello de manera efectiva, es clave seguir hábitos que lo fortalezcan y protejan día a día.

En esta guía, encontrarás 9 consejos prácticos que te ayudarán a cuidar tu cabello y mantenerlo hidratado, sedoso y libre de daños.

¡Empecemos!

 

1. Cuida tu cabello antes y después de lavarlo

Antes de mojar tu cabello, desenrédalo con un cepillo o peine adecuado para evitar nudos y quiebres. Este paso es clave para reducir la caída por tirones y facilitar el lavado. 

Opta por un peine de dientes anchos si tienes el cabello rizado o un cepillo de cerdas suaves para evitar la fricción excesiva.

Luego del lavado, elimina el exceso de agua con una toalla de microfibra o una camiseta de algodón. Esto ayuda a reducir el frizz y protege la cutícula del cabello. 

Además, aplica un acondicionador sin enjuague para mantener la hidratación y facilitar el desenredo sin dañarlo.

 

2. No frotes el cabello con mucha intensidad

Después de lavar tu cabello, evita frotarlo con la toalla, ya que esto puede debilitarlo y causar puntas abiertas. La fricción excesiva abre la cutícula, dejando el cabello más propenso al quiebre y al frizz.

En su lugar, presiona suavemente la toalla sobre el cabello y haz movimientos delicados para absorber la humedad. 

Si quieres acelerar el secado sin dañarlo, opta por un protector térmico antes de usar herramientas de calor. Así, proteges la fibra capilar y conservas la suavidad natural del cabello.

 

3. Usa acondicionador en cada lavado

El acondicionador es fundamental para mantener el cabello hidratado, suave y libre de enredos. Su fórmula ayuda a sellar la cutícula y a reducir el daño causado por el lavado frecuente. 

Para obtener mejores resultados, elige un acondicionador según tu tipo de cabello, ya sea seco, graso, teñido o rizado.

Aplícalo de medios a puntas, evitando la raíz para no generar exceso de grasa. Déjalo actuar unos minutos para que sus ingredientes penetren en la fibra capilar y luego enjuaga con agua tibia o fría.  

 

4. Aplica una mascarilla de manera semanal

Las mascarillas capilares son un tratamiento intensivo que nutre y repara la fibra capilar desde el interior. Su uso semanal es clave para restaurar la hidratación y devolver la vitalidad al cabello, sobre todo si está expuesto al calor, tintes o agentes externos como el sol y la contaminación.

Para aprovechar al máximo sus beneficios, aplica una mascarilla capilar después del lavado y distribúyela de medios a puntas. Déjala actuar entre 10 y 20 minutos para que los nutrientes penetren a profundidad. 

Si tu cabello es muy seco o dañado, puedes envolverlo en una toalla tibia mientras esperas, potenciando la absorción del tratamiento. Finaliza enjuagando con agua fría para sellar la cutícula y potenciar el brillo.

 

5. Usa agua fría al final del lavado

El agua fría es un aliado poderoso para el cuidado del cabello, ya que ayuda a sellar la cutícula, evitando la pérdida de hidratación y aportando un brillo natural. Este simple hábito también reduce el frizz y hace que el cabello luzca más suave y sedoso.

Después de lavar y enjuagar con agua tibia, finaliza con un chorro de agua fría durante unos segundos. Esto ayudará a cerrar la cutícula y hará que tu cabello refleje mejor la luz, dándole un aspecto más saludable. 

Además, si usas un acondicionador adecuado, potenciarás aún más este efecto.

 

6. Deja que el cabello seque de forma natural

El uso excesivo de calor puede debilitar la fibra capilar, causando resequedad y quiebre. Lo ideal es permitir que el cabello seque al aire libre siempre que sea posible, evitando secadoras y planchas que lo maltratan con el tiempo.

Para acelerar el proceso sin dañarlo, después del lavado usa una toalla de microfibra para retirar el exceso de agua y peina con un peine de dientes anchos

Si necesitas usar herramientas de calor, aplica antes un protector térmico para minimizar el daño y mantener la hidratación natural del cabello.

 

7. Seca tu cabello antes de dormir

Ir a la cama con el cabello mojado puede debilitar la fibra capilar y provocar quiebres debido a la fricción con la almohada. Además, la humedad atrapada puede generar frizz e incluso favorecer la proliferación de hongos en el cuero cabelludo.

Para evitar estos problemas, asegúrate de secarlo bien antes de acostarte. Puedes dejarlo secar al aire o utilizar un protector térmico si necesitas usar secadora. 

También es recomendable dormir sobre una funda de satén o seda, ya que este tipo de tejidos reducen la fricción y ayudan a mantener el cabello más suave y sin encrespamiento.

 

8. Cepilla tu cabello con delicadeza

El cepillado es clave en el cuidado del cabello, pero si no se hace con la herramienta adecuada o con demasiada fuerza, puede generar roturas y puntas abiertas. 

Para desenredar sin maltratar, usa un cepillo de cerdas suaves o un peine de dientes anchos si tienes el cabello rizado.

Comienza cepillando desde las puntas y sube gradualmente hasta la raíz para evitar jalones y minimizar la caída. Este hábito también ayuda a distribuir los aceites naturales del cuero cabelludo a lo largo del cabello, manteniéndolo más hidratado y brillante.

 

9. Corta tu cabello y/o las puntas con regularidad

Aunque parezca contradictorio, recortar el cabello periódicamente favorece su crecimiento saludable. Eliminar las puntas abiertas cada 2 o 3 meses evita que el daño se extienda y le da un aspecto más fuerte y cuidado a tu melena.

Si quieres mantener tu cabello largo, opta por despuntes ligeros que retiren solo las partes dañadas. Además, para prevenir la aparición de puntas abiertas, complementa tu rutina con una mascarilla capilar nutritiva que ayude a reforzar la fibra capilar y mejorar su resistencia.

 

Al incorporar estos hábitos en tu rutina de cuidado del cabello, marcarás una gran diferencia en su salud y apariencia. Pequeños cambios, como cepillar tu cabello con delicadeza, elegir los productos adecuados y secar tu cabello  correctamente, pueden ayudar a mantenerlo fuerte, brillante y libre de daños.

Si quieres potenciar aún más los resultados, elige productos de calidad que se adapten a las necesidades de tu melena. 

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